Hoy en día el concepto de innovación aparece presente en los planes de comunicación de múltiples organizaciones a nivel global.

Las empresas saben que en un entorno globalizado y competitivo la innovación es la piedra angular de su posicionamiento y evolución; pero ello no quiere decir que todos los que hablan de innovación son innovadores.

Antes de adentrarnos en las capacidades innovadoras de las organizaciones debemos preguntarnos:

¿Qué es la innovación?

La innovación es una acción derivada de uno o más procesos, que tiene la intención de modificar elementos (productos y/o servicios) ya existentes para mejorarlos y generar efectos positivos de cara a la audiencia; además de lograr difusión en el mercado.

La innovación no sólo se aplica al diseño y mejoramiento de servicios, sino también a la creación de modelos de negocios más eficientes y capaces de optimizar resultados.

En este punto debemos preguntarnos: ¿Si el concepto de innovación es tan claro, por qué es tan difícil para las organizaciones ser innovadoras?

Cultura de la Innovación

Las capacidades innovadoras están presentes en las sociedades humanas desde el propio desarrollo del pensamiento complejo; sin embargo, a pesar de las capacidades de creación y mejoramiento que poseemos no siempre hay lugar para que la innovación surja.

La Cultura de la Innovación forma parte de la Identidad Corporativa de las organizaciones, esa parte del ADN organizacional donde se centran esfuerzos para explorar nuevas vías y realizar mejoras en los modelos de negocios; y generar así oportunidades capaces de crear valor en el corto, mediano y largo plazo. En la actualidad existen distintos modelos capaces de crear y medir la Cultura de Innovación de las organizaciones, entre ellos destaca el de la “Rueda de la Innovación” explicado por la “Consultora Flipahttps://www.flipaconsultora.com/.

El concepto de Cultura de la Innovación también parece sencillo de comprender ¿No lo creen? Y suena hasta lógico que todas las organizaciones realicen esfuerzos y destinen recursos para fortalecer la innovación en sus equipos de trabajo, pero debo decirles que no todas lo hacen o si lo hacen no lo hacen bien, es por ello que ahora debemos tratar de responder la siguiente pregunta:

¿Por qué es tan importante la Cultura de la Innovación para las organizaciones?

Evidenciar su importancia sólo requiere de una observación contextual; y es que en la actualidad las empresas no compiten con otras en su localidad, ciudad o país, compiten con organizaciones en todo el mundo, todo esto gracias a los avances de las telecomunicaciones y el perfeccionamiento de los procesos de colaboración y negociación internacional.

Cuando una empresa deja de competir en un entorno local para hacerlo en un entorno global es necesario que desarrolle mecanismos que le permitan proyectar su oferta de valor y diferenciarse de los competidores, pero:

¿Cómo crear innovación si no existe una Cultura Innovadora en la organización?

La respuesta es sencilla. Es necesario crear un entorno para que la innovación fluya, pues la innovación no se puede dar en un entorno que no permite su surgimiento y las empresas que se dicen innovadoras, pero no poseen una Cultura de Innovación estarán destinadas a ocupar puestos marginales en el panorama competitivo mundial y no serán capaces de generar respuestas adaptables en contextos culturales tan cambiantes y dinámicos como los de nuestros días.

¿Qué beneficios trae la Cultura de Innovación a las organizaciones?

  • Permite canalizar el potencial creativo de los colaboradores.
  • Potencia el posicionamiento estratégico de la organización.
  • Naturaliza la innovación como parte de los procesos regulares de la organización.
  • Facilita la creación de productos y/o servicios capaces de responder necesidades contextuales y específicas de las audiencias y públicos objetivos.
  • Facilita la adaptación al cambio en torno al modelo de negocios e incluso a la orientación a la Mega organizacional.

¿La Innovación, el camino para un mejor futuro?

Está claro que las organizaciones que no sean capaces de generar rentabilidad están destinadas al fracaso; sin embargo, las empresas que no logren entender a sus usuarios, a su audiencia y a sus propios colaboradores tampoco podrán mantenerse por mucho tiempo en un entorno que cambia rápidamente y que requiere un esfuerzo extra para satisfacer necesidades que incluso todavía no existen pero que son posibles de vislumbrar con un adecuado entendimiento del panorama general y potenciando las capacidades de los colaboradores; que son el eje central de todas las organizaciones a nivel mundial y fortaleciendo las herramientas que poseen las organizaciones para ser más éticas, más transparentes pero a la vez más innovadoras y conectadas con la realidad global.